Tu misión es la continuación de lo que venías trabajando antes de nacer, sin embargo, eres libre de hacer lo que quieras, por ello tanta gente, consciente o no, malgasta su vida y dilapida su energía. Nacemos libres pero hace falta aprender a poner la libertad en la perspectiva de tu crecimiento. Nacemos con alas, pero en esta sociedad, en nombre de la educación y la civilización, nos las cortan, es decir, nos envían a la cárcel del sinsentido pero nos convencen que somos libres, que la libertad es vivir ahí,
prisioneros de la ignorancia, manejados desde el miedo, persuadidos desde el consumo para que el mercado, consuma nuestras vidas. Está claro: no hay libertad sin auto-conocimiento.
Esta todo escrito, como afirman los pregoneros de dogmas rentables, así terminamos haciéndole juego al sistema y aceptando resignados nuestra suerte.
Si todo está escrito, no tiene sentido la vida ni la iniciativa, no tiene sentido el esfuerzo desplegado, ni el perfil emprendedor, ni la búsqueda ni el trabajo interior y elegir sería un simple simulacro, porque si todo está escrito, sólo se cumplirá lo previsto y pasaremos a ser, marionetas de un guión, actores con un rígido libreto del cual jamás podremos salir, participantes de una grotesca obra de arte, en la cual simulamos ser nosotros mismos, cuando en verdad sólo somos títeres de un destino que nos tiene aprisionados. Si aceptamos ese cuento, entonces es válida la afirmación: “pasa lo que tiene que pasar”. Recuerda esto: el destino persigue, a quienes creen en él.
Nosotros somos devotos de la felicidad, militantes del amor y adictos a la libertad, sin ella nos parece que la vida no tendría sentido, sin embargo, la libertad
sirve para buscarse, encontrarse, conocerse, transformarse, recuperar lo que nos privaron y reconquistar la visión y desde ella, visualizar la misión, el resto, en libre ejercicio de la libertad aludida, es inventarse una creativa manera de ser y hacer; eso se llama, evolución consciencial.
No hay libertad sin auto-conocimiento, porque al crecer se aprende a ser libre, al crecer te conviertes en libertad y desde ella eliges cómo quieres ser y las maneras de ir por la vida. Ser libre, es adaptarse a los cambios con facilidad, es atreverse a soñar sin pedir permiso a nadie, sabiendo que sin libertad, no puedes ser tú mismo, es patear los prejuicios y lanzar por la ventana a los miedos; ser libre no es poder elegir, es saber elegir, sabiendo que la libertad incluye riesgos y a pesar de ello, resulta imprescindible.
Amar es liberar al otro, degustar un poco de su libertad y mostrarle el sabor de la vida, para que nunca más le seduzcan las cadenas, porque los hombres libres, ayudan a los demás a romper sus prisiones. Sin embargo, no debes olvidar que el camino a la libertad es la responsabilidad, que tu libertad se amplía ayudando a los demás a liberarse, que el egoísta, el soberbio, el miedoso y el ignorante, no puede ser libre, que sólo la libertad nos humaniza.
Libérate de lo que no quieres ni eres, sé fiel a tu libertad, vive en coherencia con tus principios, enfocado en tus objetivos, que son las ramas operativas de tu misión, juega con tus propias reglas, sé espontáneo pero con lucidez. La libertad vale mucho, es tu mejor tesoro, es la posibilidad de elegir tu manera de vivir, de crecer y disfrutar, de ayudar y dejar huellas a tu paso por la tierra. Tu libertad comienza amando y se profundiza conociéndote y se multiplica ayudando a los demás; está claro para qué
queremos ser libres. La libertad se recupera creciendo, rebelándose frente a lo establecido e identificando nuestras pocas necesidades auténticas.
Todos nacemos libres, pero rápidamente esa libertad se va perdiendo; por ello la urgencia del trabajo interior y la importancia del alerta sereno. Vigila que nada ni nadie reduzca tu libertad, recuerda que precisarás toda tu libertad para cumplir tu misión. Recuerda también que quien es verdaderamente libre, no critica la libertad de los demás. La libertad es la mejor necesidad y el primer deber, es la responsabilidad de ser tú mismo y la posibilidad incluso de redefinir la libertad y aclimatar la explicación de la misma, a tu manera. Finalmente recordarte que eres libre de sembrar lo que quieras, pero ya no podrás elegir las consecuencias. Recuerda también que sin misión, habrá miedo a la libertad.
Admito que vivo a mi manera, en nombre de la libertad.
4 comments. Leave new
Me encanta. Como siempre inspiradores tus mensajes Chamalú
Gracias por compartir tan clara reflexion. La educ. Tradicional se wueda en la superfivie. Ojala lo hubiera sabido antes, pero se que no es tarde. Gracias Chamalu. Interesada en la Escuela!
Me encanta esta publicacion
Wow!!!!! Me inspira a seguir en la búsqueda, aprendiendo , gracias siempre!!!