“La vida es de cabellera suelta y flores en los ojos, es emoción convertida en temblor corporal y corazón apurado por el amor, es posibilidad de beber cada instante, enseñanzas y aprendizajes que encantan a nuestra conciencia, es besar la fugacidad sabiendo que aquí vinimos a trabajar el desapego, que fluir es la mejor manera de vivir, saber renunciar es endulzar esta existencia temporal, en la cual es fundamental que nada nos amarre, nada nos ancle, porque la vida es movimiento sagrado e indetenible.“
Ella sabe que le espera el patio trasero de la vida, el presiente que será uno más del rebaño, ambos se consuelan pensando que es el destino o quizá un dios vengativo que les castiga enviándoles a un infierno personalizado; los padres de ambos, sufrieron estoicamente, vivieron para trabajar, se enfermaron como corresponde a este estilo de vida, murieron prematuramente, por ahí dicen que todo está escrito, que sólo pasa lo que tiene que pasar. Ese es el escenario en el cual discurren las vidas de las nuevas generaciones y de las no tan nuevas. El miedo duerme en la habitación del fondo, donde también se instaló la ignorancia, que pasa desapercibida al haberse puesto de moda. Un puñado de sueños, yacen abandonados, alguien los tiró junto a la basura, que al día siguiente recogerá el camión basurero; el optimismo también fue destruido, hay pedazos de él en todas partes, mientras el pañuelo de la resignación, permanece inalterable en su sitio.
“Seamos realistas”, dice alguien y a continuación la resignación colectiva se siente invitada. En el fondo, cuelga la tristeza invisiblemente, la infelicidad no se interrumpe, cada uno fue cuidadosamente entrenado para cumplir con educación, el libreto asignado. La vida es un paquete de cartas que las puedes jugar de diversa manera, la mayoría pierde la ventaja existencial con que arranca la partida; sin sensibilidad, carecemos del asesoramiento invisible y aparecemos solos, con el tiempo nos graduamos de objetos, enfocando nuestra atención exclusivamente en lo externo y en la apariencia personal, descartado el trabajo interior, la existencia parpadea y se pregunta, ¿qué hacer con mi vida?
¿Qué significa estar vivo? Y el abuelo me decía: cuando comiences a estar vivo lo comprenderás. Gradualmente comprendí que la vida es un sueño que imagina la eternidad que también somos, interrumpiendo la inmortalidad que nos incluye; la vida es la pasión fugaz por la evolución, la embriaguez estática que nos habla el lenguaje de la unicidad, la pausa existencial escondida en principio y re-conocida a continuación, que nos permite recordar nuestro itinerario evolutivo, porque la muerte, sólo opera sobre el cuerpo. La vida es de cabellera suelta y flores en los ojos, es emoción convertida en temblor corporal y corazón apurado por el amor, es posibilidad de beber cada instante, enseñanzas y aprendizajes que encantan a nuestra conciencia, es besar la fugacidad sabiendo que aquí vinimos a trabajar el desapego, que fluir es la mejor manera de vivir, saber renunciar es endulzar esta existencia temporal, en la cual es fundamental que nada nos amarre, nada nos ancle, porque la vida es movimiento sagrado e indetenible.
Estar vivo significa, jugar a ser mortales, reencontrarnos, contemplarnos a los ojos, convertir nuestras manos en caricias y esculpir el silencio con palabras de su categoría. Es olvidar por un momento que somos polvo de estrellas habitando la zona de misterio, es deshojar el calendario sabiendo que cada día es por última vez y que un día, será nuestro último día en la tierra. Estar vivo es sentir la belleza del amanecer y la obra de arte de la hora vespertina, es contener la respiración con el canto del pájaro y llenarse de colores con el pétalo de la flor, color que luego parece independizarse en forma de mariposa y volar presintiendo, que mañana se apagarán sus colores, que después viene el otoño preparando el silencio invernal donde florece el silencio, almacenado por el recuerdo y gradualmente archivado por el olvido.
Estar vivo es administrar carne y hueso para vestir el alma en su experiencia evolutiva en la tierra, es deletrear el silencio para recordar lo que fuimos, es sobrevolar un bosque de oportunidades y encender la lámpara del autoconocimiento, para alentar reminiscencias recomendables y abolir distancias y constatar que el tiempo y el espacio, sólo son efímeramente terrestres, que antes y después, habitamos otro t
iempo. Estar vivo significa por un momento, dejar de ser estrella para contemplar el cielo, tiritar de frío, deshidratarse con el calor, administrar nostalgias, acumular ganas de abrazar y ser acariciados, naufragar un día en el océano de la fugacidad, para graduarnos de recuerdo, ojalá expresando como frase definitiva: ¡misión cumplida!, porque la vida, es la oportunidad de poner en acción, la Inteligencia Existencial que posibilite la germinación del potencial con el que vinimos a la tierra.
¿Qué significa estar vivos? El hecho es que ya estamos aquí. Ocurrió el día y mes que tú llegaste a la tierra; si celebramos el cumpleaños, es porque ese año fue bien aprovechado, aprendimos, crecimos, disfrutamos, ayudamos, fue un buen año, felicidades; si el escenario fue distinto, las felicitaciones y regalos sobran, sólo los masoquistas celebran oportunidades y años perdidos, el tener un año menos de vida o el estar más envejecidos.
Es fundamental activar nuestra Inteligencia Existencial y vivir en esa soberanía vivencial para la c
ual vinimos a la tierra, porque quien cumple su misión de vida, es un emperador de su existencia. Lo que haces, dependerá de lo que eres, enfoca tu energía en la comprensión de tu misión, sin ella no hay vida, en su reemplazo, podemos percibir existencias degradadas, vidas banalizadas, convertidas en un manojo de sufrimiento y sinsentido. Sé que no es fácil des-cubrir nuestra misión, aprendí que tampoco es difícil comprenderla, es sólo necesaria e inevitable. Nacer no es la misión, el nacimiento es un medio para cumplir el propósito existencial, nadie nació sólo por nacer, sin embargo precisamos, dado el contexto civilizatorio que nos tocó, aprender a preguntarnos… ¿Por qué estoy aquí?, ¿Quién soy?, ¿Qué tengo que hacer?, ¿Será que vine a la tierra por razones laborales?.
Este modelo de sociedad es propicio para confundirse, nos hostigan para tomar decisiones rápidas, ¿será que no quieren que aprendamos a reflexionar y que terminemos dándonos cuenta?
Cumplir nuestra misión nos hace felices y nos permite contribuir al despertar y felic
idad de los demás. Él se levanta con entusiasmo cada día, tiene su misión clara, apenas si le afecta el frío de la crítica o la indiferencia de los otros, es probable que persigan con rechazo sus decisiones. Él pasó mucho tiempo buscándose hasta que se encontró, en ese momento comprendió lo que significa estar vivo, desde entonces, jamás permitió que sus decisiones fuesen profanadas, comprendió que el propósito existencial tiene categoría de sagrado, aprendió con el tiempo a entretejer explicaciones profundamente superficiales, sólo para dejar huellas falsas y no interrumpir tranquilidades
inducidas oficialmente.
Estar vivo significa, habitar totalmente el presente, fortalecerse con las adversidades, danzar con los problemas, poseer las riendas de tu vida en tus manos, enfrentar la hoguera de la incomprensión y convertirse en felino cuando corresponde. Hay movimientos invisibles reservados para quienes descubrieron la vida. ¿Por qué hago lo que hago? Si la respuesta no está en la misión que tienes, es probable que aún no hayas estrenado tu Inteligencia Existencial.
Aprender a vivir es permitir que tu misión se manifieste en tu vida. Quien está en el lugar adecuado, esto es, en el territorio de su misión viviendo desde su Inteligencia Existencial, siempre estará motivado y será incansable, en vez de gastar energía, se convertirá en un generador de ella. La comprensión de la misión, multiplica la felicidad y las ganas de vivir, entonces cumplir tu misión es permanente motivación, es alinearse con el Chej Pacha, afinar el instrumento musical que somos y habilitarse para participar de la sinfonía cósmica a la cual, al nacer, fuimos invitados; es reinventarse las veces que sea necesario, hasta llegar al punto vibratorio donde nuestra evolución fluya placenteramente, convertida mientras estamos en la tierra, en nuestro estilo de vida.
Estar vivo significa tener una misión y el compromiso existencial de cumplir ese propósito
que posibilitó tu llegada a la tierra. Recuerda: viniste equipado con unos talentos que son más antiguos que tu nacimiento y unas pasiones que son el escenario donde se fusiona el ser con el hacer, convirtiéndote en ese generador de energía que antes mencioné. Desde esa posición, estás habilitado y convocado, en ejercicio de la solidaridad existencial, a ayudar a los demás en ese supremo servicio de despertar y descubrir su propósito existencial y con ello, encontrar ese hilo identitario multiencarnacional que olvidamos al nacer, con la idea de ser reencontrado al crecer, para hilvanar nuestras visitas a la tierra y constatar nuestra inmortalidad.
Cuando estés en tu misión, descubrirás que muchas cosas se arreglan por sí solas. Recuerda esto: nadie podrá hacer nada por ti, mientras no hayas despertado, por ello, revisa tus prioridades y cultívate, fórmate y transfórmate, reactiva esa inteligencia existencial que te permitirá hacer lo que tienes que hacer de la manera adecuada, el sufrimiento está descartado, es recurso de última instancia reservado para quienes insisten en continuar durmiendo. Ni siquiera intenta ser bueno, te prefiero inteligente, de esa manera descubrirás lo que tienes que ser y hacer y tu vibración amorosa, garantizará tu nivel consciencial elevado.
Estar vivo significa descubrir quién eres, lo que eres, lo que te gusta, lo que viniste a realizar en esta visita a la tierra; gradualmente comprenderás que cumplir tu misión no es complicado, que viniste a la tierra equipado para ello, que estás aquí para algo grande, fundamental para tu evolución consciencial. Contempla la vida de los demás, es oblicua y descendente, su futuro incierto, la aurora de sus amaneceres huele a podrido, la rutina existencial carcomió su alma, las oportunidades evolutivas se pudrieron. Olvidar la misión equivale a interrumpir tu historia evolucionaria, es truncar la melodía que tu espíritu cantaba. Estar vivo, por el contrario, es convertir tus momentos en estrellas, es enredarte con el instante y convertido en lo que haces, sumergirte en la eternidad que palpita cuando evoluciona nuestra conciencia. Estar vivo, es arrebatar a la fugacidad tiempo para crecer, es volver a casa a bordo de la fragancia de la sabiduría, es sentirse mariposa, montaña, árbol, océano y amanecer, es saborear definitivamente la unicidad, desde la isla fugaz que aún habitamos.